A LA MITAD, TERMINA SICARIO EN PLAZA DE BOLIVAR

El miércoles 18 de octubre de 1989, en la Plaza de Bolívar en pleno corazón de la capital, un sicario murió ante la mirada de decenas de curiosos y de las cámaras de televisión que filmaron su padecimiento. El hombre identificado como Jaime de Jesús Molina Alvarez, de 22 años y nacido en La Virginia (Risaralda), llevaba una subametralladora miniIngram, una granada de fragmentación, y un radioteléfono con los cuales pretendía efectuar un atentado en el edifico del congreso. Parece ser que actuaba bajo ordenes del temible Cartel de Medellin, comprometido en esa época en una brutal campaña terrorista contra el Estado colombiano. De acuerdo con la versión de los porteros del Capitolio, el hombre intento ingresar a las instalaciones del Congreso, pero fue devuelto por que no presentaba ningún documento que lo identificara para entrar a esas dependencias. Por el radio y el arma que no escondía y portaba en lugar visible, muchos pensaron que se trataba de un guardaespaldas de alguno de los tres ministros que se encontraban en ese momento allí.

Cuando el hombre se hallaba en la plaza de Bolívar, la granada de fragmentación que portaba oculta se le estallo accidentalmente en la cintura, quedando herido de muerte. Cientos de curiosos observaron la atroz escena, hasta que la policía evacuo al herido que falleció luego a causa de sus heridas. Hasta hoy no se conoce cual era el objetivo del pistolero.